Sin previo aviso, comienza a desprenderse una manta sobre la cabeza sólo notable cuando los pasos al caminar van ladeando y sin previo aviso estás sentado a la mesa mientras 3000 o más comensales llenan de ruido el ambiente. Sin previo aviso, queda en constante disparo no la ansiedad del futuro común, sino del minuto siguiente.
Duerme para siempre o abrázate al minuto siguiente sin que pierdas la conexión del tiempo-espacio. Intenta, por favor.