¿Cómo no saber que dormirás como cualquier otro día?
Y saber también que hablas para olvidar.
Tengo tu prolongado sueño al lado.
Sólo puedo mirarlo y evitar que no me recuerde de ti.
Y no lo hace. Eso ya es crecer.
Descansa nada más, que yo también lo haré.
Correré más lejos y procuraré no mirar.
Atrás queda otro fantasma.
Y luego, ¿quieres ir un rato a pasear?