miércoles, 30 de junio de 2010

Transitions Vol. 7

Cántame, ¿quieres?

Hoy fui todo lo que no quiero ser. Tengo el consuelo de que es hoy si así quiero. Hoy no hubo muerte, no hubo cambios, no hubo tragedias tampoco hubo glorias.

Cántame, ¿puedes?

Estuve ensayando toda esta tarde sin tomar en cuenta las circunstancias de la mente y el clima. Si bien mi frustración no se vio en rabietas ni maldecir(me) si lo fue en verme y sentirme como si no hubieran pasado las horas antes por mis manos. Ser como antes. No soy una frustrada, sé que no, pero bien sé comportarme como una. Ya comenzaba a no importarme cualquier comentario que insinuara agresión/burla/sobre-halago. Ya estaba y era. Hoy no. Pero hoy es hoy, y mañana es mañana.

Cántame lo que sepas.

Hoy quise abrazar a aquel, todo aquel que antes me dijo: "te quiero". Sea mentira, sea verdad, pero lo dijo, sea para bien, sea para mi mal, pero lo dijo, tenga tiempo o no lo tenga, pero lo dijo. Se acuerde de mí o nunca se supo bien mi nombre, pero...

Canta más fuerte que no te escucho.

Se me olvida que el mundo no me pertenece, pero yo tampoco pertenezco a este mundo. "Poder tenerlo todo y a la vez poder vivir sin nada". Tengo consuelo de autenticidad de haber pensado esto así antes de leer alguien que lo haya plasmado tal y como yo lo sentía, y era un irracional, un olvidado y no apreciado en su época irracional. Hasta un nudo me alcanzó a tocar, pero cuando ya aprendía el control de las llaves del corazón. Pasé como cualquier otra, aunque un ocasional contacto visual con el profesor decía mucho de mi absorbimiento y solemnidad en ese momento. Quiero creer que todos los demás en el aula estaban bajo la misma tónica, pero ya cuando se trata de opinar en lo que hay en la cabeza de otra persona, no me atrevo. Se volvió casi que pecado hacerlo. Te desilusionas y paveas menos, incluso, te mientes menos y te remites a lo único y más fidedigno testimonio que no deja de acompañarse con el discurso. Repasan siempre los viejos consejos que antes se veían tan lindos pero así de lindos y de abstractos me resultaban. Así como los temas de Dios y otras realidades.

Cántame algo digno de escuchar.

Ver atrás. Para ver atrás, tienes que estar muy lejos para no estar atrás. Entiendes. Quizá tan atrás que solo se vean puntos como el polvo a la luz. Nada atractivo, nada llamativo, sólo puntos y por delante un torrente de arena que tienes que atravesar y por tanto, debes correr para adelante, nunca para atrás. "Atrás" no existe. Es un libro viejo que antes amabas pero que ya te aburrió, por tanto lo ignoras, pero lo guardas tan conscientemente y solo para lo útil, como las tablas de multiplicar. No las piensas, ahí están. No tiene que llevar vida paralela con tu presente y futuro. Yo aquí me callo que para hablar de tiempos, tampoco me doy autoridad de experiencia. Ni sé escribir mi edad bien en letra. Esa cantidad no es nada al lado de los segundos infinitos y los milenios contados. Completamente cíclicos pero en ello está su solemnidad. Entenderlos. Algo elevado para elevar lo que tenga que ser elevado y no errar en lo bajo.

Canta para arrullar la noche.

Te lo dejo a tu gusto. Te lo confío. Vida, perdóname por ser tan desgraciada e inerte. Todo este tiempo peleadas tú y yo y a veces ni me acuerdo por qué. Capricho mío habrá sido. ¿Qué culpa tienes de lo imperfecto que era el devenir? ¿Quién tiene perfecto devenir? Si ha de ser reprochable, la existencia de cada ser humano es una masiva crítica de ti. Lo dudo, lo dudo mucho. Yo te quiero más de lo que crees, te quiero por encima de las mentiras que me hice de ti, te quiero por encima del gran suicida que llevo dentro, te quiero porque me quieres a mí. Te quiero por permanecer. No eres Dios, ni vienes por ciclos, ni una ilusión. Porque no te pueda dar conceptos en concreto no te resta legitimidad, es todo lo contrario. Lo mismo con otras cosas dignas de mencionarse todos los días y que no hacemos por no querer quedar fuera del temple de escepticismo/decepción/obstinación/duda que nos hace 'humanos'. Espero no desperdiciarte más como el agua en las mañanas bajo el rocío y sólo pensando lo poco glorioso que es amanecer a tu lado. No entiendo como no me dejaste antes. Supongo que así eres. No te merezco.

Todos los días habrán de hacerme digna de ti. No te vayas...aún.