Te has puesto alas de hierro
Siendo un ángel que quizá sabe que no es eterno
Pero le gusta soñar que podría
Le escuché hablar y de inmediato me pregunté
A que podrían saber sus labios
Después del humo, las cuerdas, las letras
Después, aprendí a quererle lo suficiente
Para abstenerme de hacernos daño
Igual, creo que se hubiera encargado de detenerme
También se hizo manos de hierro
Para abrazar su corazón, el que me ha confesado
Entre historia y otras ideas
Que lo quiso consumir porque otros ya habían empezado
Quizá la sangre, quizá la muchedumbre o el mismo diablo.