Dos días de nuevo en la facultad. Me he obsesionado, sin mayor evidencia, con la soledad de este lugar antes del inicio de clases. Y es que se me olvida que pocos añorarían estar aquí sin mayor motivo de fuerza. Quizá tienen mejores cosas por hacer. Esta observación es variada en este lugar (algunos trabajan, están con familiares con quienes no pueden compartir durante el año...). Estar aquí no es esencial; para algunos es optativo de algo mejor de lo que tienen cuando no están aquí.
Desperté en la casa de una amiga después de una noche de películas de esas que se ven en grupo (toda una bomba ver a Schwazenneger y Stallone en la misma pantalla). La velada se nos extendió hasta las 02:00 a.m., primero, conversando sobre temas paranormales en la ficción y en nuestra no-ficción. Desconsolaba los nervios de mi amiga cuando le hacía señas de que alguien estaba detrás de ella y le miraba siniestramente. Arden los golpes de almohada, les comparto.
Para dejar de extender la angustia auto-infligida, terminamos por ver otro filme. Yo quedé rendida a los 15 minutos, la anfitriona también, calculo. El caballero que nos acompañaba se retiró, como sospechaba que haría con su corazón blanco, dejando a dos mujercitas dormitando en una habitación y a otra mujercita que estaba en la cocina y que nos levantó para acomodarnos.
Esta mañana comenzó con un dejo de consciencia que se alumbraba con las gotas de lluvia suaves en el exterior. El mejor sonido para una mañana en la que muchas responsabilidades no hay. La anfitriona amablemente me ofreció desayuno una vez que me levanté y me dispuse con mis cosas a salir. Me disculpé con la excusa de que esperaba una llamada para la que necesitaba tener mi ordenador a la mano. Tal llamada nunca llegó.
Regresé al campus con el mismo atuendo. Dudo que alguien haya notado. Mas no dejo afuera las sorpresas de que algún ojo siempre esté vigilante... Regresé para acomodar un poco lo que con tanta facilidad logro desordenar donde habito, hice una lectura espiritual y revisé si había algún correo. De ahí, caí a una hora de búsquedas y entretenimiento por Facebook y Youtube hasta que fue casi el mediodía. . Tenía ganas de ver si estaba disponible la ceremonia de los Oscar con los comentarios de Pichot (enana adictiva(. No lo estaban pero encontré otro material. Ignoré deliberadamente la invitación que tenía para almorzar de nuevo con la amable anfitriona buscando algo para comer antes. Desistí un poco de mi rechazo a la invitación pues creo que al final me entusiasmó más la idea de comer con algo casi hecho en casa.
Regresé al domicilio después de ser avisada que ya estaba ahí, pues mi amiga me preguntó si iba. Hice el recorrido, un poco ahogada en los pe pensamientos que me traen de Diciembre esas calles de camino a esa casa. Nostalgias baratas, de dos pesos. Llegué para encontrarme con los de la des-velada. Saludé con un débil y superficial comentario: "Hola, corazones".
Comimos lo que había visto en primer lugar. No recuerdo mucho de lo que hablamos. En algo más estaba distraída para seguía el hilo del tema de alguna manera. También me distraía el caballero de corazón blanco y silencioso que tenía frente a mí. Una vez cesó el alimento, mi amiga sugirió jugar al "UNO".. Predije que mis planes de estudiar para el final o terminar de editar mi documental se fueron lejos. Algo me core por las venas cuando estoy cerca de ellos que será siempre más importante compartir que destacarse en lo académico, y que que la vida estará más allá de lo académico (principio que me tuve que meter por debajo de la piel para sanarme los nervios también). Aposté, después de cuatro partidas, que el que perdiera, cocinaría el dulce de la tarde.
No, nunca había preparado torta fritas. La anfitriona tuvo a bien documentarlo en su cámara casera Aprendí que lo que se amase con levadura, tiene que reposar y que En medio de esto, reproducíamos canciones escogidas con minucioso cuidado para el malestar del otro. En realidad, eso era la tetra que. Fuimos de Nelly, No Doubt, The Cranberries, hasta que terminé bailando ritmos centroamericanos Quedaron listas las tortas fritas que terminaron por comerse la mitad, acompañadas de algo de los dulces que trajo el caballero del corazón blanco y silencioso. Nos instaló de nuevo la anfitriona en su habitación para ver otro filme. Otro filme de esos que yo solo vería en grupo y no por elección propia (capaz que no soy la única): "Valiente". con la anfitriona. se armó Yo me instalé al lado de él, por que "no sé". Siguió de la ronda con otro filme que terminó por sorprendernos a nuestro agrado a aquellos que no lo habíamos visto. "Monsters University". Una vez que terminó, preguntamos la hora. Estaba por ser las nueve de la noche. Nos sorprendió como pasó el tiempo. Llevamos platos y vasos a la cocina, y mi amiga siguió relatando el episodio que sufrió con el novo de la anfitriona sobre su confesión de no amistad hacia a ella. La escuchaba co n la mitad de mi cabeza, mientras que la Me invitó a quedarme después de que la anfitriona no estaba en casa. Preferí denegar y regresar. otra buscaba algo inteligente para decirle. Me fui acompañada del caballero, que expresó retirarse si no había invitación a alguna actividad más. También nos advirtió sobre los medicamentos que ingeríamos para el malestar, pero lo advertía con una manera tan sencilla y blanca que no son de la clase que te iirritan.
¿Qué maás agrego? Parece que el caballero conversa mejor por escritp que verbalmente. Sigo redactando este mediocre diario mientras converso con él.
lunes, 3 de marzo de 2014
jueves, 22 de agosto de 2013
miércoles, 12 de diciembre de 2012
Solo necesito dormir
Solo necesito dormir. Solo necesito que alguien me diga mi nombre para no olvidarlo. Solo necesito una brisa cuando me pegue el verano por la espalda. Solo necesito saber lo necesario para el día. Solo necesito amar y saber que se puede amar todavía. Solo necesito un silencio después de una confesión. Solo necesito unas cuerdas y unas claves para pintar los oídos. Solo necesito recordar que la locura probablemente no existe. Solo necesito borrar versos contradictorios. Solo necesito una llama para caminar en el bosque, Solo necesito recordar que puedo llegar a casa. Solo necesito dormir
lunes, 24 de septiembre de 2012
Diario XVI
Siendo crudamente sinceros, comienzo a darme un poco de asco. ¿Han conocido personas así? ¿Que no saben lo que quieren, entonces, hacen cuánto se les cruza por la mente y quedan igual porque no llegan a nada?
Me pregunto si es algo generacional o yo sencillamente me estoy arruinándome la vida. Soy también de esas personas que suelen hacerse daño por gusto. Porque uno puede aprender a amar tales cosas. También aprendí, de mala manera, que si no es extraordinario, no lo quiero y todo lo contrario a ello, sencillamente, no vale la pena. ¿Qué forma de mierda es esa de pensar?
Hay cosas que no vale la pena contar, ¿no? ¿Para qué poner una enorme lupa sobre ti para otros? Hubo algunos ovacionados por eso, pero, ¿a qué se debía? ¿Si todos nos pusiéramos una lupa encima en nuestras vidas todos los días? ¡Ni pensarlo!
(Continuará).
Me pregunto si es algo generacional o yo sencillamente me estoy arruinándome la vida. Soy también de esas personas que suelen hacerse daño por gusto. Porque uno puede aprender a amar tales cosas. También aprendí, de mala manera, que si no es extraordinario, no lo quiero y todo lo contrario a ello, sencillamente, no vale la pena. ¿Qué forma de mierda es esa de pensar?
Hay cosas que no vale la pena contar, ¿no? ¿Para qué poner una enorme lupa sobre ti para otros? Hubo algunos ovacionados por eso, pero, ¿a qué se debía? ¿Si todos nos pusiéramos una lupa encima en nuestras vidas todos los días? ¡Ni pensarlo!
(Continuará).
domingo, 23 de septiembre de 2012
Diario XV: ( )
El miedo pendejo de escribir me quiere entrar. Todo porque quiero decir que extraño mi casa, extraño su piso, extraño el pasillo lleno de ecos, extraño las historias del pasillo, extraño mi habitación con sus entrañables noches de acostarme a soñar con el techo. Extraño a mi papá, quererlo, de repente, sus rabietas, y yo con las mías. Extraño su televisor encendido. Yo extraño pendejadas. Las mismas pendejadas que usted extraña seguro pero que no se admite.
Por seguro que voy a empezar a hacer cartas de esas, de esas pendejas que te llegan y que seguro buscan llegar al corazón pero llegan al prejuicio preguntándose el destinatario que habrá ocurrido. Algún culto, algún remordimiento, algún favor escondido...
Pendejadas es una palabra muy adecuada para muchas cosas
Por seguro que voy a empezar a hacer cartas de esas, de esas pendejas que te llegan y que seguro buscan llegar al corazón pero llegan al prejuicio preguntándose el destinatario que habrá ocurrido. Algún culto, algún remordimiento, algún favor escondido...
Pendejadas es una palabra muy adecuada para muchas cosas
Diario XV: Vulgar
Algunos se ahogan bebiendo, algunos se desahogan escribiendo. Este es mi alcohol. Ahora, como todas las cosas, hay algunos que tienen el gusto más desarrollado. Escribir, escribir, no tengo mucho de escribir. P*ta dicen ustedes, invisibles seres que me rodean.
Yo llego a mi habitación, me siento, flasheo, y ahí salió todo lo "bonito". Así cualquier escribiría, digo.
Después de nuestra breve reflexión, pasemos al diario. Una bosta. Fui a exámenes y pasé angustias nada más. Me cacarea el hospital. Cómo me cacarea. Iba acompañada de esos libros que me regalaron. Y uno lo llegué hasta la mitad. Don Ernesto Sabato tiene (tenía, disculpen) una forma de escribir que...¿esperen que les diga algo profundo? Pues, a mí me pareció bonito como exhorta en La resistencia a que nos dejemos de pavear con el yo, con el uno, y que nos tomemos de las manos y hagamos una ronda donde todos somos neo-humanos. Me gustó más allá de la ironía de mi comentario. Aún no terminaba y ya le está gustando...
Uno se encariña con las cosas con las que se aproxima...cómo más pueden explicar ustedes mi gusto por Björk Gudmundsdottir (si usted es de oído convencional). Epa.
Porque esto de leer, de escribir, de cantar, aunque no se es nada, creo que te convierte en algo con el tiempo. Un soñador de pacotilla, un iluso, iluso con detalles de erudición, te convierte en enamoradizo de otro soñador de pacotilla, te golpea la cabeza contra los realistas, te peleas con los que no están porque con los que están no hay chance de interactuar a lo más allá. Más acá está todo lo bueno. No, nosotros nos queremos ir por allá donde nadie te alcance. Y uno eventualmente generaliza su personalidad para todos y todas. Todo un rollo, pero te convierte.
Yo me atrevería a pensar que me alcoholizaron porque estoy parlanchina, o me quité los miedos pendejos de escribir otra vez. ¿Quién se baja algo conmigo?
Yo llego a mi habitación, me siento, flasheo, y ahí salió todo lo "bonito". Así cualquier escribiría, digo.
Después de nuestra breve reflexión, pasemos al diario. Una bosta. Fui a exámenes y pasé angustias nada más. Me cacarea el hospital. Cómo me cacarea. Iba acompañada de esos libros que me regalaron. Y uno lo llegué hasta la mitad. Don Ernesto Sabato tiene (tenía, disculpen) una forma de escribir que...¿esperen que les diga algo profundo? Pues, a mí me pareció bonito como exhorta en La resistencia a que nos dejemos de pavear con el yo, con el uno, y que nos tomemos de las manos y hagamos una ronda donde todos somos neo-humanos. Me gustó más allá de la ironía de mi comentario. Aún no terminaba y ya le está gustando...
Uno se encariña con las cosas con las que se aproxima...cómo más pueden explicar ustedes mi gusto por Björk Gudmundsdottir (si usted es de oído convencional). Epa.
Porque esto de leer, de escribir, de cantar, aunque no se es nada, creo que te convierte en algo con el tiempo. Un soñador de pacotilla, un iluso, iluso con detalles de erudición, te convierte en enamoradizo de otro soñador de pacotilla, te golpea la cabeza contra los realistas, te peleas con los que no están porque con los que están no hay chance de interactuar a lo más allá. Más acá está todo lo bueno. No, nosotros nos queremos ir por allá donde nadie te alcance. Y uno eventualmente generaliza su personalidad para todos y todas. Todo un rollo, pero te convierte.
Yo me atrevería a pensar que me alcoholizaron porque estoy parlanchina, o me quité los miedos pendejos de escribir otra vez. ¿Quién se baja algo conmigo?
¿Para qué ir tan arriba?
Es para descubrir que se tiene que caer
Y no se puede escoger dónde.
Es para descubrir que se tiene que caer
Y no se puede escoger dónde.
Yo escogería tus brazos
Que aún así terminaría en el suelo
Que aún así terminaría en el suelo
Tengo los huesos de metal,
el corazón de fibras
y la garganta de mercurio.
Te pesaría tanto que solamente me recostarás
Y dirás adiós.
el corazón de fibras
y la garganta de mercurio.
Te pesaría tanto que solamente me recostarás
Y dirás adiós.
Frágiles detalles, y frágil
yo también.
Frágil a las ligeras
sonrisas que me provocas
Solo por mencionar algo.
¿Para qué decirte las palabras prohibidas
si la única en estado de emergencia sería yo?
Solo por mencionar algo.
¿Para qué decirte las palabras prohibidas
si la única en estado de emergencia sería yo?
¿Dónde quedó mi posibilidad?
Quedó allá, dos años atrás llena de confusión.
Quedó allá, dos años atrás llena de confusión.
Tú cambias tan rápido, tan a ritmo.
¡Yo también quiero cambiar!
Y seríamos dos extraños
Sin que nadie lo note.
¡Yo también quiero cambiar!
Y seríamos dos extraños
Sin que nadie lo note.
Por dentro, algo va a
gritar que no te vayas
Y dejes morir un sentimiento
Pero, ¡que muera, por favor!
De una vez, si es posible.
Y dejes morir un sentimiento
Pero, ¡que muera, por favor!
De una vez, si es posible.
No dejes
No dejes que mi mano roce mis brazos
Detenme también de tus labios
Dame la espalda cuando te dé una rosa.
No dejes que mi mano roce mis brazos
Detenme también de tus labios
Dame la espalda cuando te dé una rosa.
Serías así mi cordura, no
tengo alguna duda.
Y sé que no querré eso.
Volvemos a empezar el ciclo otra vez.
Volvemos a empezar el ciclo otra vez.
2007
Editado 2012
Editado 2012
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